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jueves, 23 de enero de 2014

DE LA HIPER ACTIVIDAD A LA DEPRESIÓN.

Hablando del negocio éste de la producción audiovisual, en este caso enfocado al mercado televisivo, reparaba hace unos días en una realidad curiosa y paradójica con respecto a los "tiempos" o la diferente manera en que van surgiendo los acontecimientos dentro de este oficio.

Por una parte se trata de un negocio absorvente al 100%. Raro será el día en que alguien que se dedique a este trabajo pueda "irse un poco antes" para casa. El día a día acumula decenas de cosas que hacer, y normalmente, sobre la marcha, surgen otras cuantas más. 
No es para nada raro el llevarte trabajo a casa y, en cualquier caso, resulta una actividad 24/7, de la que tienes casi todo el tiempo en la cabeza con momentos de reflexión y números. Digamos que no hay tiempo para aburrirse. 

Sin embargo, esta partida se juega a otro ritmo y en otro contorno también. Mientras tu día a día transcurre en la diversa sucesión de gestiones, existe una partida paralela que avanza muy lentamente y que siendo parte también fundamental del negocio, choca de frente de manera brutal con este ritmo diario frenético. Se trata de la gestión y seguimiento de la venta de proyectos: Una actividad lenta, pausada, burocrática y que nunca sabes cuánto tiempo va a pasar hasta que tengas un sí o un no como respuesta final. Quizás después de dos o tres años de tener un proyecto bailando en una determinada cadena, éste salga adelante cuando ya ni te acordabas de él. O al contrario. En ocasiones, desde el principio recibirás muy positivos "inputs", las diversas reuniones se sucederán de manera satisfactoria, tendrás la entrega piloto grabada y la preproducción lista para empezar y te lo echarán para atrás por los motivos que sean. Y vuelta a empezar con otro lindo proyecto.

Alguien me comentaba haber leído alguna estadística que decía que el periodo medio de venta de un proyecto audiovisual suele llevar de ocho meses en adelante....

Personalmente, creo que aunque es una realidad paradójica la de la convivencia de estos dos "tiempos", también resulta estimulante. El primero de los "tiempos" hace que el trabajo diario se te escape de las manos sin que tengas un segundo para mirar el reloj. El segundo de los "ellos" resulta un "hito" dentro de toda esta actividad frenética que además, normalmente, supondrá meterse de lleno en un nuevo proyecto, una nueva realidad y un nuevo mundo que explorar desde todas las perspectivas. 




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