Datos personales

lunes, 22 de diciembre de 2014

ÁNGEL DE LA CRUZ: GUIONISTA CON VARIOS GOYAS, PERO SOBRE TODO UN GRAN CONVERSADOR.

Hoy contamos en El Francotirador Audiovisual, con Ángel de la Cruz. La mayoría lo conoceréis por su trabajo en Arrugas, una peli que dió la vuelta al mundo, con excelentes críticas y varios reconicimientos, pero verdaderamente contamos con un testigo privilegiado que nos puede hablar de la realidad del panorama audiovisual en los últimos años desde la veracidad que ofrece la cercanía; el haber estado allí. El artículo una vez más merece mucho la pena. 
Gracias amigo, por muchos proyectos juntos!



Hacer cine es volar.

Hace ya un tiempo, el amigo Rubén García Franco, autor y artífice de este blog, nos invitó a varios profesionales del audiovisual, entre los que tuve el privilegio de hallarme, a que escribiésemos una entrada para El francotirador audiovisual.

Cargaré entonces con balas de plata —para poder abatir incluso a los lobisomes, si hubiera o hubiese menester— mi carabina, a la espera de que, al contrario que la de Ambrosio, sirva para el objetivo que pretendía Rubén de informar y divulgar temas de reflexión sobre nuestro audiovisual y, tratándose de mí, de nuestro cine.

Hace, escasamente un mes, se inauguró en el Museo Gaiás de la Cidade da Cultura de Galicia la exposición Cinegalicia 25 que conmemora el veinticinco aniversario del estreno de los tres primeros largometrajes gallegos exhibidos comercialmente en salas de cine: Continental, Urxa y Sempre Xonxa. Veinticinco años nada más. Pero, también, veinticinco años nada menos.


Comisariada por el escritor y crítico de cine —y, sin embargo, amigo— Miguel Anxo Fernández, la muestra es una oportunidad única para conocer la historia de nuestro cine y, por ende, nuestra propia historia porque el cine no es más que el reflejo de las inquietudes de las que una sociedad disfruta o adolece.

Miguel Anxo Fernández, comisario de Cinegalicia 25, reflejado en el espejo de maquillaje de Chano Piñeiro (propiedad de Mariluz Montes)




De las muchas frases que nos ha dejado Chano Piñeiro para la posteridad hay una que a mí me gusta especialmente por encima de todas las demás y que su viuda, Mariluz Montes, no se cansa de repetir: “Facer cine é voar”. Sí, tenía razón el añorado Chano, hacer cine es volar. Y esa es la sensación que te queda después de visitar esta exposición, la de que has volado a través de los años, la historia y el esfuerzo de un colectivo que, si bien es muy joven, suma muchos años de esfuerzo, voluntad, tenacidad y una perseverancia fuera de lo común. Sangre, sudor y lágrimas en sueños de celuloide.

Por eso, porque hacer cine es volar, no es coincidencia que, en primer lugar, nada más entrar, el visitante se encuentre una sección dedicada a las tres películas inaugurales del cine gallego en la que, de entre todos los objetos allí exhibidos, destaca uno: la bicicleta voladora do Caladiño que pudimos ver en Sempre Xonxa. Perfecta mezcla, como el cine mismo, de magia y fantasía —esa que siempre ha tenido el hombre y que tenía Chano: volar, en este caso como metáfora cinetécnica— y el neorrealismo de nuestra cinematografía autóctona. Porque nosotros no volamos como Supermán, ni en lujosos aviones o naves espaciales, ni con sustancias lisérgicas de ningún tipo, sino en humildes bicicletas con alas. Eso sí, provistas hasta de orinal, muy útil y de agradecer, para que, si al pasajero del aparello le entra ganas de hacer aguas menores en pleno vuelo, no se vea obligado a miccionar sobre los mortales que se quedaron en tierra firme. Realismo mágico gallego donde los haya.

                                                         La bicicleta alada do Caladiño


Junto a la bicicleta está también el neón de Continental (Xavier Villaverde, 1989) o el monolito de Urxa (Carlos L. Piñeiro, Alfredo G. Pinal, 1989), además de otros objetos como numerosas fotos y afiches, las pistolas del cartel de la primera, la claqueta de Xonxa o la boina que usaba el propio Chano.

                                                              El neón de Continental



Pero no termina aquí la exposición, solo acaba de empezar. A continuación, el visitante se adentra en la auténtica historia del cine gallego comenzando por visitar los antecedentes, es decir, el período que comenzó con el propio nacimiento del cine pues, si la primera exhibición pública de los hermanos Lumière fue el 28 de diciembre de 1895 en el Grand Hotel del Boulevard de Los Capuchinos de París, solo 9 meses después, como si de un embarazo se tratase, el 4 de septiembre de 1896 se realizaba la primera exhibición pública de películas en Galicia, concretamente en el Teatro-Circo de A Coruña, para, al año siguiente, inaugurar los primero rodajes, mérito del fotógrafo francés afincado en Coruña, José Sellier. Junto con Sellierpodemos ir descubriendo en el recorrido los trabajos de otros precursores, entre los que destacan el realizador José Gil, la primera estrella del cine gallego, Carolina Otero —la Bella Otero—, el primer gran exhibidor Isaac Fraga o la primera película de ficción Miss Ledyia (José Gil, 1916) en la que, por cierto, interpretaba un papel secundario Alfonso Rodríguez Castelao. A esta siguieron otras, todavía de cine mudo, que también tienen su hueco en la exposición como Carmiña, flor de Galicia (Rino Lupo, 1926) o La tragedia de Xirobio (José Signo, 1930). La llegada del sonoro a Galicia, el cine durante la República, el cine del franquismo y apartados especiales como el dedicado al ourensano Carlos Velo que, exiliado en México, llegó incluso a estar preseleccionado a los Oscar con su documental ¡Torero!

                                                                El monolito de Urxa


Pero, la sección principal de la exposición la constituye sin duda la muestra de cine gallego, a partir de 1989, con 25 películas que resumen los 25 años de trayectoria. Lógicamente hay muchas más, pero el comité que las seleccionó tuvo mucho cuidado en elegir una variada representación de todas las sensibilidades, temáticas, géneros y estilos de nuestra filmografía común, desde el costumbrismo al cine experimental, pasando por el dogma, el realismo mágico y el cine más comercial. Dramas, comedias y thrillers se fusionan en una amalgama de obras de las que se exponen carteles, fotografías y objetos de lo más variado. Así, Celda 211 (Daniel Monzón, 2009) se codea con Todos vós sodes capitáns (Oliver Laxe, 2010), o las preciosistas Belas durmintes (Eloy Lozano, 2001) y León y Olvido (Xavier Bermúdez, 2004) con las más innovadoras 18 comidas (Jorge Coira, 2010) o la dogma —certificada por el mismo Lars von TrierEra outra vez (Juan Pinzás, 2000), solo por mencionar una pequeña muestra de su pluralidad.


No os voy a desvelar los fetiches cinematográficos que allí descubriréis, solo contaros que, entre las películas seleccionadas, tengo el honor de que también haya sido elegida Los muertos van deprisa, en cuyo rincón podéis encontrar desde una libreta de localizaciones con acuarelas originales mías, al guión final de la película anotado a mano, el guión técnico completo o el story-board de la misma dibujado por Alberto Taracido. También encontraréis expuesta la pieza de la cúspide del monumento al percebe que impedía el paso del camión que conducía Neus Asensi, provocando el atasco que da lugar al conflicto de la película, o el pagaré comprometiendo favores sexuales que esta le firma a Manquiña a cambio de información, ambos aportados por la directora artística Marta Villar. Lugar preeminente, además, ocupa la foto gigante de la “bombonera” (espacio en cuyo interior se pueden asistir a la proyección de varias piezas audiovisuales), casi a tamaño natural, de todo el equipo que comenzó el rodaje en el 2006, antes de que la película se suspendiera, y que continuó en el 2008, frente a la cual está montada la recreación de un rodaje, idea genial de carácter divulgativo donde se puede apreciar el puesto de cada técnico o artista en un set de grabación (fantástica idea también la de ampliar a tamaño póster una orden de rodaje para que el público pueda apreciar en lo que vale la organización y el esfuerzo que constituye una jornada de grabación).


                                                       La esquina de Los muertos van deprisa

Este gigantesco daguerrotipo es, sin duda, uno de los elementos que más impresiona. Aunque a mí, personalmente, me encantó la vaca de los Crebinsky (Enrique Otero, 2009) y, sobre todo, mi preferido: el trabajadísimo set en miniatura de la película de stop-motion O Apóstolo (Fernando Cortizo, 2012).
Decorado en miniatura de la Biblioteca de O Apostolo

Además de esta sección principal, os encontraréis las secciones Galicia Plató de Cine, con otras 25 películas foráneas rodadas aquí (largometrajes, entre otros, de Amenábar, Almodóvar, Fernando León de Aranoa, Gerardo Herrero, Adolfo Aristarain o el mismo Roman Polansky), 25 Ficcións Televisivas (series y películas para televisión como Padre Casares, Platos combinados, Libro defamilia, Entre bateas, Mar libre, Matalobos, etc.) y 25 Pezas Máis , en las que hallaréis desde cortometrajes y videocreaciones a cine de animación.


Aquí, en la sección de animación, están también El bosque animado, con sus carteles, planchas de story-board, fichas manuscritas de mi puño y letra de la escaleta previa al guión, la novela que utilicé para la adaptación original, anotada y subrayada por mí, etc., o Arrugas, representada por el cartel de su exhibición en Japón a cargo de los estudios Ghibli de Hayao Miyazaki, el libro de arte de la película, el cómic original y el Goya al Mejor Guión Adaptado de 2012 al lado de la última versión del propio guión. Y no es, ni mucho menos, el único Goya que campa por la exposición.



                                                     Vigilando de cerca el Goya por Arrugas


Pero no termina aquí el recorrido, porque que también os encontraréis las secciones Cine en Papel, con todo tipo de publicaciones sobre cine gallego (revistas, diccionarios, ensayos, etc.) que podéis hojear y Contornos, que abarca información diversa sobre festivales, asociacionismo, escuelas, instituciones, webseries, etc.


Como decía al comienzo, una forma fantástica de aprender sobrevolando la filmografía gallega desde sus comienzos. Pero también una forma de entender que no debemos olvidar nuestra herencia porque, para que ahora algunos podamos llevar a cabo nuestros proyectos, desde las películas con ambición más comercial hasta las ideas más vanguardistas o experimentales del citado cine autoral, tuvo que haber antes unos visionarios que a golpe de fouciño desbrozaran la maleza de la fraga. Para que ahora podamos dedicarnos a este oficio, tuvieron antes que aprender, fracasar o triunfar muchas generaciones de cineastas, empresarios, actores, autores y artistas de todo tipo que sobrevolaron con rústicas bicicletas aladas los accidentes de esta peculiar orografía profesional e industrial gallega.

Hablando en plata —la misma que la de las balas de mi carabina—, jamás podrían haberse estrenado filmes como Vikingland (Xurxo Chirlo, 2011) o el ya mencionado Todos vós sodes capitáns sin el concurso anterior de creadores como Carlos Velo, Eugenio Granell o Ignacio Pardo, por ejemplo. Ni producciones como la mentada Celda 211 o Concursante (Rodrigo Cortés, 2007) si antes no se hubieran rodado Contiental o Dame Lume (Héctor Carré, 1994). Ni existirían Padre Casares, Luci o Pazo de Familia si no hubiesen abierto en su día la puerta de la ficción televisiva Os outros feirantes o Pratos Combinados. O, por utilizar un ejemplo más reciente, no existiría A esmorga (Ignacio Vilar, 2014) si no existiesen Urxa o Sempre Xonxa.


                                  Carlos Velo, ¿viejo precursor do Novo Cinema Galego?

Ni yo tampoco estaría escribiendo hoy esto si hace 25 años, cuando aún trabajaba en una ingeniería, Chano, Xavier y Alfredo y Carlos no hubiesen estrenado sus respectivos filmes.


En definitiva, 25 años es una fecha ideal para recapitular y reflexionar. Porque, parafraseando libremente a Cicerón, un pueblo que olvida su pasado es un pueblo sin futuro. Para esto, precisamente, sirven las exposiciones conmemorativas. Para eso y para, como el propio cine, educar, divertir y entretener al público.

¡Enhorabuena!, Cinegalicia25 lo ha conseguido.






No hay comentarios:

Publicar un comentario